La soledad del emprendedor

El emprendimiento es un estado progresivo. Cuando una persona se define como emprendedora, se entiende que está en ese punto de emergencia en que su negocio aún no es sólido. Hoy en día emprender es una práctica extendida; cualquiera, a cualquier edad, puede tener ideas emprendedoras y ponerlas en marcha con finalidad empresarial. Sin embargo, sigue siendo un acto de excepción en la vida de una persona, que exige riesgo, valentía y mucha actitud mental. Normal que estén tan de moda los cursos y plataformas que dan apoyo a las personas en esta situación.

Aunque en internet es fácil encontrar materiales y comunidades para emprendedores, lo cierto es que, en el ámbito más íntimo, los que empezamos un negocio podemos sentirnos bastante desconectados del entorno. El estado mental en el que te ves imbuida de pronto es ajeno a todo lo que conocías, y aunque intentes compartirlo con tus seres queridos, es difícil que comprendan las inseguridades típicas del proceso. A mí esto me lleva a un temor general que me impide hablar sobre mí, sobre mis proyectos, y finalmente, a querer simplemente salir y relacionarme.

Aeropuerto de Kuusamo, Finlandia

Mis amigas, aunque en situaciones diferentes, han hecho gala de su enorme comprensión y amor, incluso acerca de mi necesidad de encerrarme. Cito a una de ellas: “Hay una frase que no sé dónde escuché, que dice que a la gente de siempre (amigos de toda la vida, familia, etc), se les quiere, pero que te rodees de tus iguales, de los que van a por lo mismo que tú. Y con eso nos incluyo a nosotras si no somos apoyo suficiente”. No es una despedida ni un girarnos la espalda por ninguna de las dos partes, es una magnífica muestra de presencia y aliento. Las personas están en nuestras vidas para aportarnos cosas diferentes. Una sola persona no puede complementarme en todos los sentidos, porque somos seres multidimensionales, pero sí puede aportarme animándome a buscar, aunque sea lejos de ella.

Y quien dice una persona, dice un Estado. A menudo también es necesario alejarte de tu país para aprender. Desde las orillas del Mediterráneo he sido enviada a aprender de los países nórdicos. He tenido la enorme suerte de ser elegida para formar parte del programa “Emprendedoras para el cambio”, organizado por la EOI, en el que las beneficiarias recibimos formación y mentorías personalizadas que nos ayudarán a lanzar nuestros proyectos. El programa, aunque es online, incluía una primera toma de contacto, intensa y presencial, por medio de un inspirador viaje a Finlandia.

Universidad de Ciencias Aplicadas de Oulu, Finlandia

Aprender de una sociedad tan avanzada, con un modelo educativo que impulsa las competencias y el emprendimiento de los ciudadanos, ha sido totalmente revelador.

Hemos viajado desde España 24 mujeres con propuestas empresariales de lo más variopintas y todas interesantísimas. En Finlandia hemos nos hemos unido a otras 24 mujeres de allí, empresarias con recorrido, que nos han servido de modelo. Por medio de visitas a centros de impulso del emprendimiento como universidades y empresas, y talleres participativos, así como la convivencia y actividades de inmersión, hemos descubierto que todas somos iguales, tanto las novatas como las expertas, e independientemente del lugar en que hayamos nacido. Todas tenemos sueños, miedos, contratiempos, tácticas de superación, valores comunes y una misión que nos guía.

Rukan Salonki Chalets, Laponia, Finlandia

Ahora esos entes inmateriales, emprendedoras del mundo, que yo antes intuía porque se paseaban por las redes, tienen rostro y voz, son caras amigas y compartir con ellas mi proceso me hace sentir agradecida. Ya me he convencido de que no estoy sola, y aunque vuelva a la soledad de mi cueva, a seguir trabajando en mi proyecto, esta experiencia me ha llenado de la energía humana que necesitaba para entenderme quien soy yo en este viaje interior que es montar una empresa.

7 respuestas a «La soledad del emprendedor»

  1. Lo primero, enhorabuena tanto por lanzarte a emprender como por la suerte de poder participar en éste tipo de formaciones, tan necesarias para las personas que se lanzan a su proyecto personal.

    Y segundo, mucho ánimo y coincido con la cita de tu amiga. Rodéate de personas que vibren en tu misma sintonía en cada momento para alcanzar un proyecto empresarial firme y a tu gusto. La gente de toda la vida que te quiere y aprecia seguirá ahí siempre, aunque estés en otros derroteros.

    ¡Fuerza! Y….mucha mierda.

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